Lo que me importa no es mi acercamiento a una realidad sino a un lenguaje. Me importa mucho el que habla, su modo de decir fabricará un mundo que percibiré o no. Lo que diga llega a ser verdad sólo sí primero lo ha sido su tono. No se trata de imágenes. Nunca ha sido mi asunto describir y hacer precisiones sobre un hecho más o menos truculento sino aplicar una escala de tonos como un pintor o un músico armonizan, el resto lo hará quien sea que me acompañe interesándose o no en mi palabra. La literatura trata sobre un lenguaje que yo escucho y que no siempre entiendo. Y el silencio –claro-, es lo más crucial: inicia o termina toda relación. Cuando alguien calla, todas sus palabras toman relieve para que yo sienta su peso verdaderamente cósmico.

Julio 3, 2011


domingo, 18 de diciembre de 2011

dale pues, a correr

Esos locos que corren - Runners
Texto y Voz : Marciano Durán.Escritor y corredor uruguayo.Dibujos : James Jarvis - Animación : Richard Kenworthy - "Onwards"video original : http://www.youtube.com/watch?v=oZHBSB...Marciano Durán : http://www.marcianoduran.com.uy

domingo, 13 de noviembre de 2011

poemas

La ideología del poeta

(¡Los adjetivos, señores! ¡Los mares!)
  
Cuando recordé a Gelman. Reloj. Ruido. Tic-tac. Ruiseñor…
Todos mudos

Ya sin miedo de resucitar la palabra,
-y qué arrogante, -me digo-
tan sólo, no solo, solísimo
suscitación muy suave,
puesto a punto, diré: oh ternura
oh mi manera de ser lunático,
mi mancha en el texto muerta

No seré yo, será un limonero
con mis ojos corrosivos de pequeña fuente
rondando su cámara de hortaliza
(parterre del jardín de casa, pienso)
Esa es mi valentía
andar así: quedito, franco, impersonal
planteando mi ideología de poca invectiva (poca monta)
y perro flaco
pero ya sin cuidado mi periplo
de fe inmóvil y muerte pronta
(mi vida impronta, no importa)

Ya lo veo, ya sin miedo, -está escrito:
(oh lo inalcanzable, lo irremediable)
La piedra que el hombre deseche será la piedra angular de mi casa
Ya está:
Mi oración simplísima de niño.

Sábado Maxo 24, 2003


Gertrude

Ésta noche Gertrudis, calle abajo, (oh Arlequín de mí)
te digo: recordé el jardín, las flores de tu cabeza
las blancas parvadas bronceadas.
Mi sombra era la de un niño -aunque bien pudo ser la de un muñeco- cuando hablé
¿Quién pondrá semillas en tu corazón?... Y lo demás,
lo bellamente celeste.
(Oh tus ojos, cómo avanzan en la región tardía).

Me senté a tu mesa con cara de pájaro perdido
idiota o dulce, -me decía (mudo, escarlata, ahogado).
Y cuando por fin comiste respire de verte
con mi cuchara y las pocas voces desapareciendo sin quejas.
Aquél día un sol atigrado echado sobre los techos
dormía y dudaste un momento si lo debías o no
soñar o quedarte con mi silencio

Gertrudis mía como el viento como el fuego que sacudió tu cama.
No supe cuando miraba al cielo idiotizado de tu viaje
de tu beso creciendo en mi boca.
Sin la luz a la orilla de tu ventana quede ciego.
Oh la parvadas de mis ojos, dije sin entenderte
con las boquitas de mis dedos respirando de tu cuerpo.

Marzo 2, 2006, México d.f.


El gato de Schopenhauer

Y la condición fiel de la corriente de cosas
su vibración,  su continuo ser

naturaleza idónea sin pertinencia de la sucesión,
donde no se está
para convertir lo que siempre fue

en temporalidad
      -lo que da nombre
       concepto y división a las cosas-
es la que asume para el mismo patio

para el mismo hombre
el mismo gato.


Nostalgia del fango


Los ladridos de un perro que sufre los roces
de la correa en el cuello
sirven de enlace para el amorío a distancia
-yo en portal de celosía congratulo la dicha-
en tanto en el apartamento contiguo
el serrucho se ahonda en rimas rebanando acaso algún polín robusto
o un calce que equilibre el lecho (Luego del rito chorroborros desenfrenados)

la luna en cenit tras monóculo de niebla sopesa suposiciones
envuelta en capa
(la lógica advierte que la pausa es detención total y lo que dejamos nos deja como niños en vacaciones y pasta italiana anidando sutilezas de hongo y algunas pantomimas decorosas que se guardan de la servilleta blanca)


Plantas sobre antepecho, jaula vacía y escalera amarilla con puerta invisible al fondo.
Matices del día en sepia sobre cristal y marco de aluminio. Diseño rococo de Dani.
1.5m x 1.5m

 En la ventana de Luis, de mirada oscura, parezco una calavera
parezco una calavera cuando fumo
una calavera con niebla en la boca

Cuando fumo parezco una calavera con niebla en la boca
(Las calaveras no tienen labios, sólo dientes algunas)

Aquí el viento, el agua, las bellas flores torcidas, una tórtola equilibrista
con vuelitos de trapecista
desde la baranda
desde el muro      (antepecho)
desde la escalera
se alza        se iza

Allá fondo sepia, claroscuro, un demonio cuando bajo la vista
La pequeña Lilith

Aquí el día con moscas, un gordo
Allá nada el día la noche
Nada
Una terraza sin terraza
Un yo sin mi, espejo no-espejo
Donde nadie habla
(Eso parece ser siempre)
(Eso parece ser)
(Eso parece)


Visión del clima, luego al calor de la noche


                                                        Alguien ha dicho que los dioses no se dignan ocupar
                                  de aquellos que han pisoteado la majestad de las cosas intocables
                        Esquilo:  Orestia: Agamemnón:  Coro: vv.375-377


El día es enmarcado por un alto eucalipto
un pájaro (en acecho entomológico)
y una espalda, que a lo lejos
presiente la tensión de un arco -noche sin luna-

por los filos de la garganta el clima como un aguardiente
perturba los aparatos fónicos
mientras las manos en las mejillas tiemblan por lo bello
-los bellos que paralizan los embates del tiempo-
y las palabras que pudieran irrumpir
por falta de conciencia -la anagnórisis es crucial-

en fríos hirvientes los hombres buscan lumbres
para menguar -si es el caso-
la temperatura en la carne o romper con el hielo de la cortesía extrema

al centro del día yacen las podredumbres
algo de vegetación
algo verde: vaivenes de montura y enroscamiento aderezado

casi por nada se mantiene el hálito mortuorio
y un sutil deseo que al doblar la calle, la mujer acalla

cruzan en pormenores sufridos
pensando nombres
el vino cuando envolvía:   debates:   deberes
los suicidas conservándose fieles  -yo en alto riesgo-

los amantes prefiguran lo que ha de venir al final del día
en el terreno Interregno de espectros:
palpar de dientes, tropiezos, atropellos al pensamiento,
sienten los contornos en vez de suponer sus partes falsas concavidades
(Dejar en claro el eucalipto, el acecho entomológico y la espalda donde moran, perdiéndose, dulces quejidos.)

domingo, 6 de noviembre de 2011

un poema



El aprendizaje de la poesía

Escucha a lo lejos
Las manos que raspan
O rayan
Hay un sepulcro quizás
O una amapola desmayada
Ya nadie siente el paso del viento
Como un aleteo por encima de la cabeza
Cuando vuelva mi madre ya nunca más me olvidaré de ella
Sostendré su mano y hablaremos del tiempo malo
Y del tiempo bueno que se acerca

viernes, 4 de noviembre de 2011

Uno cursi

La señal del amor

¿Te acuerdas la vez que te ibas y te dije:
“Si te vas, llévate contigo toda esa porquería tuya. Ese maldito gato. Y tu chingado nobody cares for me y tu mamie’s blues ponlos, ahora sí, en un tren fuera de mi máquina gramófono”.
Y en un arranque de vértigo alcancé el destornillador quieto en la mesa y lo clave aquí (el índice directo al pecho), en esta marca que tú me hiciste, y me retiré esa cosa con figura de sapo y al arrojártela grité con vena hinchada de mi cuello:
“Y también esta cosa llévala porque a mí me revientan las cosas inservibles”
Y salí sin ver la cosa que se retorcía a tus pies? Pues bien: la quiero de vuelta, con que: dónde está. ¡Dónde la tienes oliendo a mugre! ¿Qué, acaso crees que no sé cómo disfrutas estremeciéndote con fruslerías? Sigues siendo una anticuada. ¿Qué cocinas? Quieres darte prisa, debo llevarla ahora. Me siento tan ansioso. ¿Tendrás algún bocadillo? De pronto me siento tan débil… ¿Por qué tardas tanto? Por favor date prisa. Siempre estas causándome estos desvaríos ridículos. ¿De dónde has sacado esta silla? ¿Estás oyéndo? Pareces una lunática. Quieres apurarte, que me la exigen. Que me piden una garantía (a punto de perder el orgullo). Una señal de veracidad. Es de vida o muerte (ya está que arde de espanto). ¿Quieres terminar con esto y devolverme mi corazón?

jueves, 3 de noviembre de 2011

Escribens

Escribens

-No, justo más allá. Por el retrato de mamá. (Perdón) las paredes tenían un tirol pequeñito cuando llegamos. Eran verdes azaleas en primavera. ¿O en otoño? Como sea aquí siempre hay manera de sentir algo de sol.

-Ya es hora.

Él tomó los discos del mueble:
-Chas Parker. ¿Escucha algo? También cayó lleno de gloria. Demasiado entusiasmo le originó el café de los ricos.

pero si construyo el mundo lo primero es anhelar el suicidio. Tessofor-Amital, resumen símbolo de una cabeza partida en 2. Mira como el sol busca la mano de la sombra. Ella nunca le presta atención y él quiere ser inseparable de ella. Oh en la cortina, ella está pestañeando. Siempre eligen la cortina para sus arrumacos. Una noche sin sueño pude verla arropada entre los muebles y casi caí sobre ella cuando él entró un poco por el tragaluz. Ella lo espera hasta por la mañana y él la toca suave, siempre ha sabido que se hace la dormida ¿y qué hacer con la mirada? Es un juego el que se traen: él corteja y ella recula. En el fondo ella lo extraña muchísimo, se pone a ser frío y no pega un ojo. Luego llueve. Uno se da cuenta que él es un caballero entre las 7:30 y las 8, es tan delicado que a uno se le antoja enseguida el café. Pero al mediodía cuando se pone rabioso lo mejor es dejarlo encerrado fuera de aquí

Pasaron 10 minutos. La calle formaba un telón descuidado. Acomodó el cuello bajo la corbata, a su madre le habría agradado verlo así, tan formal. Luego entraron a la carretera, un par de muchachos detuvieron sus labios a punto de tomarse y él pudo verlos y le decían chau.

-Son Ben y Teban -dijo al acompañante sumergido en una contingencia con el tiempo-.
-Ya es hora -le respondió-.

Montaron el vehículo. Ahora sí acabaría ese par de canciones abandonadas por año y medio. En una hora más el radio sonaba bluemorehead. Qué extraña su voz. Luego llegaron a un apartado. Había sembrados sobre una colina, de pronto se vio en la cima operando el rompenubes y permaneció ahí con la mirada… Y ahí está Peter contando la vez que su padre fue arrestado. La manera en que se los ve al padre y al hijo cuando suben el rompenubes por la colina y luego cuando lo ponen a funcionar y al principio no hay lluvia. El mismo invento de Reich me parece de lo más fantástico. El tiempo del cálculo, con el puro en la boca, con el chico discutiendo el diseño del rompenubes. Y el momento donde el padre lo mira decisivo al hijo desde la parte trasera del auto donde lo alejan para siempre de él, ese es el momento supremo. Él bajando apresurado de la colina y el auto, que se lo lleva al otro, alejándose por la carretera. Y él señalándole hacia arriba, insistiéndole con el pulgar para que suba, para que haga llover, para que todos lo puedan ver, que no es de ninguna manera una locura lo que pensaban. Y el joven Peter primero no entendía lo que el padre le pedía, aturdido como estaba, anclado en el temor y el presentimiento de que algo terrible se avecinaba. Y luego todo se aclara y primero voltea y enseguida echa a correr y el rompenubes en la cima. Y cuando está ya manipulando la máquina todos deseamos estar ahí con Peter para que nada salga mal. Y las nubes empiezan a espesarse y corre un viento a través y el cielo se pone gris y enseguida lo que hago es verlo a Sutherland impresionante con su mirada y su cabellera gris afirmando con el puño cuando en la ventana del auto chocan ya varias gotas de lluvia. Y una Kate pequeña, haciéndola del hijo, sonríe mirando cómo se cumple en el cielo su deseo, golpeando en el aire en señal de victoria. Este es el alcance de la verdad, cuando después de la angustia llega la lluvia purificadora, revelando que el corazón de la tormenta, pese a todo, es también el corazón de la verdad que lleva en su seno la negatividad. Que toda razón que quiere aniquilar a la locura está por siempre ya destinada al fracaso…


Habían llegado al recinto donde pasaría al menos seis meses hasta durar la desintoxicación.

Lo rodearon risas. Y esculturas de botánica.

Por fin había colocado una canción. Sí, una frecuencia furtiva, pero lo mismo daba. Quizá después tuviera su propio jardín.

martes, 1 de noviembre de 2011

Un cuento

El pescador


-¿Un gato? ¿Un pez?
-Él es pescador.

¿Y por qué parece que siempre te tuercen la cara?
¿Qué con que se le meta el gancho al pez?

Él era su padre y la punta del bigote le colgaba abajo de la boca. Puso la carga en su hombro, así como estaba, con una rodilla en el piso y se enderezó, de ésta forma había aprendido –por la espalda, comentaba él.

Con la mano buena el chico recogió los triques del pescador. ¿De dónde saca papá esas palabras, trique? Y echó a andar.

Era tarde, el sol advertía que no quedaba mucho, había que apurarse a cuantificar la ganancia marina y dejar la embarcación lista para mañana. El mar también hizo un gran esfuerzo no le quedaba más remedio que babear espuma.

Ya hacía un año algo así podía capturar lo que fuera el tamaño era una tontería  Dios ni siquiera me enteraba que en este sitio el oficio es lo más importante tal vez debería irme fue mala suerte primero había sido un gran lance y de dónde nos llegó el otro si hubiese estado amarrado y aún así casi lo mato yo solo cómo 80 kilos y después mi mano ya no estaba me faltó aire que negra es la sangre y el mar nunca lo sentí así se puso de parte del pez maldito animal hasta que papá lo atravesó un minuto dos qué anduvo haciendo tanto tiempo?

El pescador y el chico; uno no distinguía, menos a ésta hora, a uno de otro. Si no fuera por las manos.

Entraron, él miró a su madre, y ella no quitaba su cara. Ella antes presumía. Ahora...bueno era su madre.

¿Buena pesca?

nov 15, 2000 

domingo, 30 de octubre de 2011

Para iniciar

Quridísima Celi:


Para empezar:
He aquí el síntoma del investigador obrero expuesto por Heidegger según Gadamer:
"Como es sabido, Heidegger piensa que el rasgo unificador en la historia de la metafísica, que configura el pensamiento occidental en su desarrollo desde Platon hasta Hegel, es su creciente olvido del ser. Mientras el ser del ente se erija en objeto de la pregunta metafísica, el ser en sí mismo no podrá ser pensado de ningún otro modo que no sea desde el ente que constituye el objeto de nuestro conocimiento y nuestros enunciados".


Como podrás ver, esto es justamente poner al texto por encima de su lector como cuando te dicen "¿y tu quién te crees que eres?". El ensimismamiento narcisista del investigador obrero equivale al especialista en levantar muros. Salvo que habríamos de pensar mucho mejor esta afirmación, se puede adelantar que el quehacer de este sujeto se reduce a colocar sus ladrillos sin más ayuda que la de un plomo.  Muchas veces (casi nunca) sin pensar en el terreno en el que se asientan y mucho menos en el espacio que se construye. Mencionar que va a ser una persona como él quien habitará esas paredes le tiene sin cuidado, por supuesto. El final es de sobra conocido: la vista de los más  aterradores son una especie de murallas muy familiares al viejo muro de Berlín, y los menos (ya se ve que esto es un eufemismo) a esas vulgares cajoneras que abundan en nuestra delicadísima ciudad. Esta clase obrera, claro, no es la que tenía en mente el joven Marx.


Nos vemos pronto.
Javi.

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Este canalla es Morris

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Lo mío, lo mío, no es nada. Un par de piecitas de Wim Mertens, un bolígrafo. Nada. Miles de síntomas. Lo que pienso por ahora es de lo más predecible porque la inteligencia es finita. Siempre ha sido la imaginación quien ha hecho la diferencia. La inteligencia siempre puede ser una virtud, también una perversión. La imaginación sólo posibilita un futuro menos arduo.